miércoles, 22 de febrero de 2012

"Sangre fácil."

1984. Dir.: Joel Coen. Estados Unidos.
Sangre fácil. es la primera película de los hermanos Coen. Es una pequeña película sencilla, de bajo presupuesto, pero ya se pueden apreciar en ella gran parte de las características que han convertido a los hermanos Coen en unos de los creadores cinematográficos más influyentes de las últimas décadas.
No hace falta mucho metraje para darse cuenta del control absoluto que tienen sobre las historias que cuentan, sobre los ambientes que retratan y sobre los planos que eligen. Si uno se fija un poco, puede sentir que hay alguien disfrutando detrás de las cámaras. Sangre fácil. es cine negro en mitad de Texas, con unos personajes relativamente normales, aunque caracterizados de una manera estrambótica y llamativa, llevados al límite, haciéndoles sentir extraños en sus propias casas y sus propias vidas, perdidos. Tiene un fantástico humor negro, como casi todas las películas de los hermanos Coen, parece que disfruten de los errores que cometen sus personajes y de las situaciones complicadas en las que van metiéndoles, se ríen de sus costumbres, de sus actitudes, de sus limitaciones en las relaciones con los otros, pero lo hacen con cariño por ellos, cómplices. Muestran la América profunda caricaturizada pero atractiva, en cierto modo. Hay una violencia muy dura y muy seca, que duele también al agresor, en ocasiones, creando una empatía con él. Es una violencia que se hace presagiar ya en los primeros cinco minutos, con una tensión que no para de crecer hasta que llega la sangre del título. Vista como una película de cine negro, funciona a la perfección, huyendo de la previsibilidad en su trama en medida de lo posible.
Supongo que se puede ver una película de los Coen sin entender su violencia, ni su sentido del humor, sin apreciar su visión de la América profunda y sus costumbres, quedándose en las grotescas caracterizaciones que ridiculizan a los personajes,... pero hay mucho más por debajo de todo eso. Hay toda una forma de entender las relaciones humanas, el poder, la autoestima, y el valor para luchar por lo que se quiere. En gran parte de sus películas sus personajes se la juegan, ponen a prueba constantemente a sus amantes, jefes o compañeros, en una pugna constante por mantener su honor y su imagen, sin dar nunca su brazo a torcer. Se puede apreciar de forma más trágica y salvaje en Fargo, quizá su película más parecida a Sangre fácil., y de forma más histriónica e incomprensible en El gran Lebowski o en O Brother!, por poner sólo unos ejemplos.
Son unos autores tan personales que se puede ver su mano hasta en los pequeños detalles, en sus diálogos secos, en la voz en off que da comienzo a la historia, en los juegos con los planos y la escenografía, que a veces resultan realmente absurdos, como el traveling que sigue a un perro por una casa o unas fotografías del coche del investigador privado, vistas desde cualquier ángulo, siendo reveladas en un cuarto oscuro. Este investigador privado, maravillosamente interpetado por el casi desconocido M. Emmet Walsh, es un magnífico personaje, lleno de humanidad y de empatía, pero es al mismo tiempo un hombre que acepta su naturaleza y el mundo salvaje que le rodea y actúa en consecuencia, de manera egoísta y violenta, sin perder nunca un macabro sentido del humor. Sólo por este personaje vale la pena ver la película. En realidad, por éste y por cualquiera de los otros tres que la protagonizan. Técnicamente no es su mejor película, se nota la escasez de presupuesto y la inexperiencia en algunos detalles, la mayoría de las escenas de noche están rodadas de día, con noche americana, cubriendo la imagen de azul, pudiendo distraer, por la poca credibilidad. Pese a ello, es mejor que algunas de sus últimas películas. Es una pequeña joya de los hermanos Coen que me alegro de haber podido disfrutar, quizá tanto como ellos debieron de disfrutar haciéndola.

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